La transformación digital en los centros educativos va mucho más allá de la introducción de dispositivos en las aulas o del cambio de formato para pasar de lo analógico a lo digital. Tampoco trata sobre sustituir prácticas que ya nos funcionan y siguen siendo válidas, sino de enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje con aquellas oportunidades que las tecnologías digitales pueden aportar; por ejemplo, en relación a aspectos clave como la inclusión o la personalización.
Es dar respuesta a las necesidades del alumnado del siglo XXI. Y esto implica que niños, niñas y jóvenes aprendan a desarrollar la competencia digital en su etapa escolar, pues esto le ayudará a desarrollarse más plenamente, ahora y en el futuro, en la sociedad tecnológica en la cual les ha tocado vivir. Y para conseguirlo, necesitaremos el apoyo de toda la comunidad educativa: docentes, familias y alumnado.
Sin profesorado, no hay transformación
Los y las docentes son los líderes de la transformación digital del centro, tanto fuera como dentro del aula.
A nivel de centro educativo, el rol jugado por equipo directivo, coordinaciones y comisiones tecnológicas es estratégico; y, por eso, sería interesante que estos equipos, además de formación y conocimiento en uso didáctico de las tecnologías, también lo tuvieran en desarrollo de proyectos, liderazgo educativo y gestión de equipos.
El liderazgo de estos equipos implicará tanto la vertiente más metodológica (de cómo usar las tecnologías para ir más allá en el aprendizaje del alumnado), como la de gestión del equipamiento; es decir, el desarrollo de estrategias y la gestión de recursos para conseguir que las tecnologías funcionen y deriven en invisibles. En este sentido, sería interesante que desde las administraciones se contemplara una figura que velase por el buen estado de la infraestructura tecnológica, es decir, aportando un profesional de perfil técnico que pudiese dedicarse al mantenimiento de la infraestructura tecnológica del centro, pudiendo los docentes focalizarse en los aspectos más metodológicos.
Para liderar la inclusión de las tecnologías a nivel de aula, necesitaremos a todo el claustro. Es necesario identificar el talento oculto de los docentes, así como que sus iniciativas y trabajo sean escuchados, valorados y reconocidos.
Dado que no es posible acompañar al alumnado en el desarrollo de su competencia digital si previamente el profesorado no tiene desarrollada la propia, es necesario dotarles de tiempo, recursos y espacios para que la puedan desarrollar. Una buena manera de hacerlo seria realizar encuentros de buenas prácticas dentro del mismo centro, para conocer las experiencias que ya se están desarrollando y fomentar el contagio en positivo.
Involucrar y dar apoyo a las familias en digital
Familia y escuela tenemos el mismo objetivo: alcanzar la mejor versión de nuestro alumnado. Dicho esto, trabajar juntos tiene mucho sentido y cuanto más competencias, también digitales, tengan las familias, más podrán ayudar a sus hijos e hijas a desarrollar las propias. Y esto se puede dar tanto en las primeras etapas, cuando seguramente los niños y niñas necesitan acompañamiento en el uso de dispositivos, como en las más avanzadas, cuando las familias pueden necesitar ser un referente; por ejemplo, para fomentar la mirada crítica, ética y cívica a la hora de acompañar a los y las jóvenes en su introducción a las redes sociales.
En este sentido, es importante escuchar a las familias, recoger sus necesidades y propuestas e integrarlas tanto en las programaciones de aula como en el desarrollo de acciones no formales paralelas, como pueden ser talleres de temas de su interés, algunos de los cuales pueden ser diseñados e impartidos por el propio alumnado.
El alumnado, protagonista de la transformación digital
Dado que el objetivo de la transformación de los centros no es otro que el de acompañar al alumnado en el desarrollo de su competencia digital, podemos decir que ellos y ellas son los verdaderos protagonistas de todo el proceso. Son los que tienen que aprender haciendo y desarrollando competencias que les servirán para seguir aprendiendo a lo largo de toda su vida. Los demás, somos los guías y facilitadores de aprendizaje que tenemos la gran oportunidad de acompañarles en esta aventura en la cual el alumnado aprenderá más y mejor gracias a aprovechar todas las oportunidades que se encontrará por el camino, incluidas las tecnológicas. Porque la tecnología es importante, pero la clave de la transformación educativa es siempre metodológica.
Autora: Azucena Vázquez Gutiérrez. Docente y doctora en e-learning. Directora de Transformación Digital en Escuela 21.